Estoy enojada. Me da impotencia. Nombrame una sola cosa en esta vida que sea para siempre. No puedo encontrar nada. Todo, absolutamente todo va y viene. Y no me digas que los amigos son para siempre, ellos también van y vienen. Porque se pusieron de novios y se cortan, porque se mudaron, porque se confundieron, porque ya no tienen tiempo. No me importa cuánto te hayan durado, en algún momento las cosas ya no van a ser como antes, algo va a cambiar. Ni hablar de las parejas. Cuántas se habrán prometido envejecer juntas y no lograron ni siquiera pasar de unos meses. Y cuántas de las que lo lograron serán realmente felices con eso. No digo que no exista el amor o la amistad, si no que las circunstancias de la vida y el proceso de aprendizaje del ser humano cambian todo a su antojo, y a mí no me va forzar las cosas.
Lo más triste de todo es que siempre estamos buscando algo que nos de felicidad toda la vida.
Saber que a fin de cuentas, todo lo que pasa y lo que no pasa es un “mientras”, y que el “para siempre” no existe, me hace sentir aliviada por un lado; es bueno saber que las cosas malas se van a terminar...pero eso significa que las cosas buenas también? ¿Para qué hacemos todo lo que hacemos si nada va a durar? ¿Para qué existen las promesas? ¿Para qué sufrir así? ¿O es que solamente en mi vida las cosas son tan volátiles?
“El destino es una perra caprichosa, amigo”. Qué razón que tenés, Bejamin Linus.
3 comentarios:
¿y por qué tenemos que prometernos el deseo por siempre? Yo podría jurar lo que siento ahora mismo (¡y cuánto nos cuesta a veces saber qué sentimos!)Pero cómo voy a saber de mañana?
No sé si es mejor, pero la fugacidad de las cosas hace que sean únicas... y el disfrute por un encuentro único es fantástico
Copio y pego el final de un cuento de Dolina que -de alguna manera- se relaciona con el tema:
- Hay algo que usted debe saber: todos estamos condenados a un hechizo cósmico. El universo es irremediablemente fugitivo. Nadie puede detenerse. Salvo que usted sea tan estúpido como para creer que detenerse es esto.
Y se plantó, firme como una estatua, delante de mí.
Es que nada es para siempre excepto tú y la esperanza. Gracias por venir a mi casa y dejar tu huella. Un abrazo.
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