Carta al que no quiere ver

Verá señor, intentaré expresarle por qué pienso que usted se equivoca, con el más debido respeto.

Entiendo que no tengo el aspecto de ser una mujer convencional, y de hecho, señor, no lo soy. Si eso es todo lo que busca en su compañera de vida, le ruego ahora que deje de leer y vuelva a sus cosas, no sin antes saber que yo le advertí que lo convencional, inevitablemente, termina aburriendo.

Sé que mis cadenas, mis piercings, mis jeans apretados y mi pelo furioso le pareceran, -a usted y al resto del mundo-, dignos de una persona extravagante. Hace tiempo ya, que ser o parecer "normal" dejó de resultarme importante, y no tengo la más mínima intención de estar con alguien que no se atreva a las cosas raras. Comprendo que no soy muy delicada al sentarme, que me río muy fuerte, que llamo mucho la atención de los hombres, y que todas estas cosas suelen parecerle intimidantes. Pensaría, por mi aspecto, que me llueven las propuestas. Lo reafirmaría por mis actitudes, ya que si me observa un poco, está claro que no intento dar una imagen de algo que no soy, como es común en las mujeres. Pero si me permite, yo le cuento la verdad.

No considero que mis inconvencionalidades sean un defecto, muy por el contrario, pienso que son ventajas para usted, señor. Usted verá, detrás de esta mujer que en apariencia se lleva el mundo por delante, que le importa tres pitos lo que piensen los demás, y que la tiene re clara porque tiene un blog en donde se la pasa dando lecciones de vida, está el ser más sensible y vulnerable del mundo. Es más, le confieso que aunque me guste bailar en el medio de la pista como si nadie me estuviese mirando, al acercarse a mí se encontrará con la sonrisa más tímida de todas. Me gusta el rock y mover la cabeza al compás de la música, revoleando el cabello a lo Metallica, pero también puedo hacerle una coreografía de Britney Spears. Nunca encontrará una discrepancia tan grande entre lo que pensaba de mí y lo que más tarde puede llegar a descubrir. Es que si no lo conozco, y usted no me da la confianza, puedo resultar muy arisca... pero una vez que me descubra, le sorprenderá haber encontrado una persona que disfrute tanto de hacerle caricias como si fuera un rey.

Piénselo, señor. Piénselo antes de dejar que sus instintos primitivos le impidan ver qué hay más allá. Y es que aunque los hombres me miren al pasar, yo ni siquiera los vería a ellos si usted fuera mío y yo fuera suya. Soy una mujer muy selectiva; no piense que lo digo de compromiso. Podría reírse de mis torpezas, mis delirios, mis estallos de caradures. Podría compartir conmigo sus pensamientos, soy una gran escuchadora, ¿sabe?. Jamás le diría que tengo dolor de cabeza, jamás lo tendría en otro lugar que no fuera el primero en mi lista de prioridades. Le daría tiempo para que me extrañe, lo mimaría sin sofocarlo, y además, sé cocinar rico, señor.

Por todas estas razones, además de muchas otras que no diré porque creo haberme expresado claramente, y lejos del egocentrismo, (porque si me conociera sabría que soy una persona extremadamente humilde),
si yo fuera usted, me enamoraría de mí.
Pero allá usted y su conciencia si no se da cuenta de lo que podría tener.

Atte,

Desencantada.