20 de septiembre de 2010

Ser minita no es cosa de 15 minutos

Los tipos se quejan de que no podamos ser siempre tan espontáneas como ellos. Que por qué no podes vestirte en dos minutos y salir. Que por qué si te invito a las 8 no podes estar lista a las 9, que tenes una hora entera.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

Furia.

Te voy a explicar por qué.

Porque la diferencia en los procesos de preparación de una mina y de un tipo, es abismal. Claro que, depende del evento para el que una se prepare. No es lo mismo ir a lo de una amiga que salir a bailar, por ejemplo. Aunque para el hombre, el proceso es siempre el mismo:

1- ducha

2- se afeitan si tienen ganas

3- se ponen lo primero que encuentran.

Listo. No les toma más de 15 minutos prepararse para ir a donde sea.

Pongamos el ejemplo de una parejita de novios recién formada se van a encontrar para ir a cenar y pasar una noche íntima. Mientras a vos, nene, te toma 15 minutos, tu chica está SUFRIENDO.

Primero nos bañamos, sí, igual que ustedes. Pero nosotras tenemos PELO. Pelo que hay que lavar, desenredar, acondicionar y ocasionalmente, darle con un baño de crema porque sino no aguanta.

Mientras que ustedes se afeitan cuatro pelos locos de barba, nosotras tenemos que asegurarnos de estar pelos FREE por todos lados. Y como somos unas rompebolas de mierda (o será porque ustedes son los rompebolas con ese tema), hasta que el último pelito no salga, no podemos terminar. Y no me hagan cara de “AYY! QUEE ASCOOO! Pelos!”, porque ustedes también tienen, por todos lados, mucho más largos y feos que los nuestros, no se los depilan y NOSOTRAS NO DECIMOS NADA (mal que hacemos, por cierto). El tema de la depilación es una mierda. Lo hagas con maquinita eléctrica, cera, maquinita de afeitar, crema depilatoria… ningún método es cien por cien efectivo, más que darle duro y parejo con mucha, muchísima paciencia. La cera te quema, la eléctrica te tira pelito por pelito, la maquinita te lastima. Una mierda.

Después, como somos mujeres y se supone que seamos suaves y perfumadas, nos encremamos, de arriba abajo. Qué horror descubrir, que no te cortaste las uñas de los pies, o que tenes el esmalte hecho un asco. Eso también hay que arreglarlo.

Cuando finalmente estás limpia, depilada, y perfumada, no es cuestión de elegir la ropa y se acabó. Tenés el pelo hecho un quilombo así que te lo tenés que peinar, porque no vas a salir así. Lo cual, a algunas puede llevarles horas de planchita o secador.

Ni hablar de la cara, las ojeras del cansancio que tenes de toda la preparación previa no pueden quedar así, además querés estar resplandeciente para tu chico y te pensas que un poco de delineador y rubor te van a hacer el favor.

El momento de elegir la ropa para una chica es frustrante. Jamás podría ponerse lo mismo que se puso el día anterior o lo que tenía puesto antes de bañarse. Empieza a sacar ropa del armario buscando algo que no encuentra y termina entre montañas y montañas de cosas, para darse cuenta que esa remera que quería, jussssto estaba para lavar. ¿Es un tornado? ¿Es un terremoto? No, es una chica viendo qué ponerse. Se prueba absolutamente todo. Se decide por algo -no tan satisfecha- y se da cuenta que los zapatos que tiene no combinan con lo que eligió, que por qué no fue a comprarlos mientras tenía tiempo, que ahora ya es tarde, que qué me pongo, que esto me queda horrible, aay que frustración, la puta madre, me voy a terminar poniendo lo mismo de siempre…¡NO TENGO ROPA! *freaks out*.

Finalmente se cansa de revolver, y elige un atuendo que ya se había puesto –muy de mal humor ya-. ¡OJO! Eso no es todo. Como es una velada romántica, hay que tener en cuenta también la ropa interior, no es cuestión de agarrar la primer bombacha que encuentres en el cajón porque lo más probable es que sea una de las "cómodas", esas que tienen algún agujerito y el elástico medio estirado ya por el uso. No sólo tenés en cuenta cuál es más linda, sino que considerás los gustos de tu compañerito, más el hecho de que según la ropa que hayas elegido, la bombacha puede notarse o no, y arruinar tu bella silueta trasera. Ni hablar del corpiño, que si tiene push-up después puede ser un factor decepcionante, pero que si no tiene no "levanta", y el escote te queda mal.

Una vez resuelto todo eso, necesita preparar la cartera. A ver cuál pega con la ropa y la ocasión, y ENCIMA es lo suficientemente grande (o chica) para llevar lo que necesita llevar. Todo un tema, no como ustedes, señores que llevan la misma mochila andrajosa desde la secundaria o se meten las llaves y la billetera en los bolsillos y ya.

Entonces, queridos… sabiendo ahora que nosotras pasamos por TANTO quilombo cada vez que los vamos a ver… NO ROMPAN LAS BOLAS SI TARDAMOS.



A menos que finalmente acepten que no tenemos tanto tiempo para gastar en complacerlos, y nos quieran igual, a pesar de todo, como nosotras a ustedes. :D


5 de septiembre de 2010

A.D.I.D.A.S (nosotras también somos pajeras)

La otra vez me preguntaron si es verdad que los hombres piensan en sexo, mientras que las mujeres pensamos en hombres.
Me pareció una frase muy coherente. Las mujeres pensamos todo el día en el tipo que nos enamoró, o con el cual estamos actualmente encaprichadas, o absolutamente babeadas... sí, verdad.

Me intriga cómo piensan los hombres… Calculo que a cada mujer “dable” que ven, la desvisten mentalmente, y usan imágenes cotidianas (por ejemplo cuando la señorita se agacha para levantar la lapicera, o cuando toma de la botellita de agua) para crear y alimentar las fantasías. (De ahí que cada cosa que decimos o hacemos, es un pretexto para alguno de sus chistes sexuales, porque de hecho, mientras vos estás conversando lo más ingenuamente con ellos, los animales ESTAN PENSANDO EN SEXO).
No es la mujer en cuestión, sino cualquier mujer, (o cualquier hombre), porque lo único que importa es ponerla (o que se la pongan).
Eso parece. Si esto realmente es así,
no me extraña que vivan alzados.

Las mujeres, por otro lado, nos obsesionamos. No importa si hay/hubo/habrá sexo, amor o confusión, tenemos una fijación insoportable e irreprimible que nos lleva a pensar en EL chabón todo el tiempo. Y flasheamos. ¡Qué lindo que flasheamos antes de frustrarnos si no conseguimos lo que queremos!… Sí, soñamos con atardeceres, corazoncitos, arcoiris, chocolates, serenatas, la luz de la luna, te quieros, caricias, halagos, rosas, besos apasionados, más caricias, halagos, anillos, te amos… algunas llegan hasta el casamiento, la casa con el perro y cuatro hijos.

Pero he aquí el secreto que ninguna mujer quiere que sepan, hombres. Además de, (de vez en cuando, NO SIEMPRE!) imaginarnos de la mano saltando en praderas llenas de mariposas, los bajos instintos se apoderan de nosotras
. No me importa si lo niegan a muerte, yo soy una de ustedes y a mí no me pueden mentir, manga de pajeras (de onda).
El beso tierno se convierte en un beso agitado, la ropa empieza a volar, el espejo se empaña, ÉL te envuelve en sus brazos… y cuando nos damos cuenta, estamos en el trabajo frente al monitor con la boca semi-abierta chorreando un hilo de baba, en la facultad haciendo garabatos en el margen de la hoja sin la más mínima idea de lo que dijo el profesor, o en el medio de la calle escuchando un tema cachondo y a punto de ser atropelladas por un colectivo, porque estábamos en Pijalandia.

La única diferencia entre ellos y nosotras, según mis observaciones, es que ellos distribuyen su calentura entre muchas mujeres, inclusive extrañas que jamás volverán a ver, por lo cual, su calentura tiene las mismas proporciones para con cualquiera de ellas. Osea, da igual con quién se la saquen; polvito y como nuevos.

En cambio nosotras, acumulamos calentura con UNO solo por vez. Y por más que vayamos a buscar otro para hacer los trámites, esa calentura está bien guardadita en un depósito de fantasías para el cual sólo ÉL tiene la llave.


Por lo tanto, dos conclusiones:
1. Arreglemos la frase: Los hombres piensan en sexo con quien sea, mientras que las mujeres pensamos en sexo con un hombre específico.

2. Cuando una mujer te tiene ganas, te tiene más ganas acumuladas de las que vos –señorito- acumulaste en un año entero con todas las mujeres que te cruzaste.
So... Agarrate, papi. ;D