Dicen que los extremos nunca son buenos, y que la única forma de lograr una vida feliz y saludable es "encontrar el equilibrio".
El equilibrio o el punto medio se puede aplicar a todos los aspectos de la vida... pero ¿habías pensado que también existe en el amor?
Como pueden observar en la siguiente gráfica: En el extremo izquierdo, vos estás tan fríiiiiaa, como la nieve a mi alrededoooorr ♪ ... bueno, eso, no te interesa ni un poco, flaco, andá a freír churros. En el derecho, te encajetaste tanto con el guacho que estás absolutamente obsesionada o como a mi me gusta llamarle, in-lust-eada (mezcla de "in love" expresión en inglés para "enamorada" y "lust", que significa lujuria), y obviamente, terminas odiando al amor.
Ustedes me dirán, decime pelotuda, y si estoy obsesionada con ESEEE y solamente ESSSEEEE me puede producir lo que me produce , y quiero a EEESSSEEEE... entonces ¿qué tiene de malo?
Y yo les digo: Las personas que están (o mejor dicho, que vos ubicás) en ese extremo, te producen tanta pero tanta admiración, tanto deseo y desesperación, que son capaces de anularte completamente hasta el punto de hacerte sentir incómoda. Hacen que siempre estés buscando su aprobación, llenándote de miedos e inseguridades.
No solo te cambias 29 veces porque sentís que te pongas lo que te pongas nunca vas a estar a su altura, si no que calculás cada palabra que vas a usar, borras y reescribís 74 veces los mensajes antes de mandarlos, y sos capaz de quedarte despierta la noche entera mirando el celular hasta que te conteste. Eso no es saludable, mamita. Lo peor es que por más que lo intentes, nunca podes ser cool adelante de esa persona, ni mucho menos demostrar todo lo que tenes para dar. Y eso trae, como bonus track, una frustración y un dolor bárbaro, porque vos SABES que si el chabon te viera por lo que sos, y no por la pelotuda en la cual te convertís cuando él está ahí, quizás sí se fijaría en vos como algo más que un pedazo de carne cojible/no cojible.
Es la típica obsesión que, oh surprise, nunca llega a nada. Un amigo me dijo que cuando uno idealiza al otro, nunca termina bien... quizás es porque eso NO es amor, sino una psicosis que si no es tratada puede llevarte a ser una mujer asesina o suicida.
Pero vayamos a la importante moraleja del día de hoy:
también EXISTE un punto medio.
Están esas personas con las que disfrutas pasar el tiempo, porque te sentís cómoda, relajada, como se da en el caso de la amistad. La amistad no es ni indiferencia ni obsesión, está ahí en el medio. Es un estar ahí para el otro, cuando quiera y viceversa. Es saber que ambos se aceptan y se quieren TAL CUAL SON. De hecho, estar con ellos te hace sentir BIEEEEEEN, te hace quererte y aceptarte más, porque eso es lo que ellos sienten por vos. Así es en la amistad, y me atrevo a decir también que así es en todas las relaciones amorosas exitosas.
Querido diario: Hoy aprendí que el amor no puede ser amor si no hay LIBERTAD.
Después de todo, todas queremos ser Gwen Stefani en este video, sin maquillaje, contentas, amadas... y claro, bien cojidas. =)
But, you see the colors in me like no one else
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El equilibrio o el punto medio se puede aplicar a todos los aspectos de la vida... pero ¿habías pensado que también existe en el amor?
Como pueden observar en la siguiente gráfica: En el extremo izquierdo, vos estás tan fríiiiiaa, como la nieve a mi alrededoooorr ♪ ... bueno, eso, no te interesa ni un poco, flaco, andá a freír churros. En el derecho, te encajetaste tanto con el guacho que estás absolutamente obsesionada o como a mi me gusta llamarle, in-lust-eada (mezcla de "in love" expresión en inglés para "enamorada" y "lust", que significa lujuria), y obviamente, terminas odiando al amor.
Ustedes me dirán, decime pelotuda, y si estoy obsesionada con ESEEE y solamente ESSSEEEE me puede producir lo que me produce , y quiero a EEESSSEEEE... entonces ¿qué tiene de malo?
Y yo les digo: Las personas que están (o mejor dicho, que vos ubicás) en ese extremo, te producen tanta pero tanta admiración, tanto deseo y desesperación, que son capaces de anularte completamente hasta el punto de hacerte sentir incómoda. Hacen que siempre estés buscando su aprobación, llenándote de miedos e inseguridades.
No solo te cambias 29 veces porque sentís que te pongas lo que te pongas nunca vas a estar a su altura, si no que calculás cada palabra que vas a usar, borras y reescribís 74 veces los mensajes antes de mandarlos, y sos capaz de quedarte despierta la noche entera mirando el celular hasta que te conteste. Eso no es saludable, mamita. Lo peor es que por más que lo intentes, nunca podes ser cool adelante de esa persona, ni mucho menos demostrar todo lo que tenes para dar. Y eso trae, como bonus track, una frustración y un dolor bárbaro, porque vos SABES que si el chabon te viera por lo que sos, y no por la pelotuda en la cual te convertís cuando él está ahí, quizás sí se fijaría en vos como algo más que un pedazo de carne cojible/no cojible.
Es la típica obsesión que, oh surprise, nunca llega a nada. Un amigo me dijo que cuando uno idealiza al otro, nunca termina bien... quizás es porque eso NO es amor, sino una psicosis que si no es tratada puede llevarte a ser una mujer asesina o suicida.
Pero vayamos a la importante moraleja del día de hoy:
también EXISTE un punto medio.
Están esas personas con las que disfrutas pasar el tiempo, porque te sentís cómoda, relajada, como se da en el caso de la amistad. La amistad no es ni indiferencia ni obsesión, está ahí en el medio. Es un estar ahí para el otro, cuando quiera y viceversa. Es saber que ambos se aceptan y se quieren TAL CUAL SON. De hecho, estar con ellos te hace sentir BIEEEEEEN, te hace quererte y aceptarte más, porque eso es lo que ellos sienten por vos. Así es en la amistad, y me atrevo a decir también que así es en todas las relaciones amorosas exitosas.
Querido diario: Hoy aprendí que el amor no puede ser amor si no hay LIBERTAD.
Después de todo, todas queremos ser Gwen Stefani en este video, sin maquillaje, contentas, amadas... y claro, bien cojidas. =)
But, you see the colors in me like no one else