1 de noviembre de 2011

Carta al que no quiere ver II

Mi estimadísimo señor,


Me dirijo a usted nuevamente porque mi carta anterior ha quedado desactualizada. Verá, yo quería que usted comprendiera mi valor antes de que yo misma lo reconociera. Es como tratar de explicar cómo es una manzana sin haber visto, tocado, olido o saboreado una antes. Y eso nunca funciona, como bien sabrá.

Quiero dedicarle estas líneas para expresarle mi absoluto y completo aprecio por su desprecio. Sí, así como lo lee. Es que he llegado a comprender que el mundo es un espejo de mis pensamientos y mis sentimientos, que tan ocultos pensé que llevaba. Usted ha sido un reflejo de mi. Usted, con su desprecio, con su desvalorización hacia mi persona, me ha hecho comprender que todas esas cosas habían estado en mi primero. Si bien me he aprendido a querer un poco más que hace un tiempo, todavía no había logrado comprender mi verdadero y absoluto valor. En la búsqueda de ese valor que yo siempre supe tener, he encontrado -y sigo encontrando- infinidad de razones por las cuales adoro mi ser, mi personalidad, mi corazón, mi cuerpo y mi mente. Y sé que ahora estoy empezando a reflejar mi aprecio más que mi desprecio.

También quiero agradecerle desde el fondo de mi alma por hacerme sentir tan vacía a pesar de su presencia. Es que a causa de esto, he aprendido que hay un vacío que nadie más que yo misma puedo llenar. He aprendido que mi felicidad solo debería depender de mi misma, y no de las conductas, presencias o ausencias de los demás. Me hizo desear por primera vez y de una vez por todas, dejar de esperar cual Bella Durmiente que alguien me salve, y convertirme en mi propia heroína.

Como si fuera poco todo lo que debo agradecerle, debo expresarle además, que su partida es lo mejor que pudo haberme pasado. Me sorprendí al descubrir mi enorme fuerza y sabiduría. ¡Ya no era tan débil como antes! Fue una prueba fehaciente de que finalmente estoy aprendiendo a tener el control de mi propia mente, y por lo tanto, de mi vida. En conclusión, le agradezco porque usted ha sido mi libertador. Ahora no necesito que nadie reconozca mi valor, porque cada día lo descubro más por mi misma.

Le deseo amor, pues la vida sola se encargará de darle las lecciones que debería haber aprendido. Pero como soy muy buena y generosa a pesar de su absoluta inmadurez, he de darle una pista:

usted era igual a mi. Quien no se aprecia a sí mismo -consciente o inconscientemente- tiene dos posibles experiencias que reflejan esos sentimientos: ser despreciado, o despreciar... y lamento informarle que como dice mi adoradísimo Steven Tyler, now I think the karma cops are coming after you.

Yo que usted y leyendo mis palabras, todavía me enamoraría perdidamente de mi. Pero me alegro que no haya sido el caso, porque si así hubiera sido, yo no hubiera descubierto de quien YO realmente quiero enamorarme.


Atte,

Maravillosa y Encantadamente Desencantada.

7 comentarios:

gastmun dijo...

Muy bien, al fin y al cabo uno no tiene que ser completado por nadie por eso es importante conocerse y determinar que es lo que uno quiere y veo que usted está en ese camino.

Ro dijo...

Que buena carta por favor!! Que lindo leer cosas como estas!!!! Un gusto pasar siempre por acá. A veces, finalmente después de tantas caídas uno termina aprendiendo algo.

Desencantada dijo...

Un gusto que les guste pasar por aca :)

Unknown dijo...

me encanta todos los dias apenas entro a trabajar me paso a ver si escribiste algo!!!
me encanta!!

Desencantada dijo...

Me alegraste el dia, graaaciass! xD

ivanbura dijo...

Muy buena carta!
Cómo cuesta poder separarse de los demás, de esa persona en la que tanto depositábamos nuestras esperanzas y darse cuenta que, a veces, solo nosotros mismos podemos cambiar la forma de pensar y vivir nuestra vida.
Pero que bien que nos sentimos después!
Un beso!

Don Julio dijo...

bo...la puta madre!
por que a mí no me tocan tus ojos y tus palabras, tus muecas y tus desvaríos, tus silencios y tus caoces, tus neologismos y tus refranes, y tus besos y tus caricias;
y tus puteadas y tus abrazos; y tus deja vú conmigo y tus visiones?

La pucha, si te leí es que me convocas.
Merde!

Puteo de alegría.

Mis besos.

Nicus