30 de agosto de 2009

El fin


Quedaban hilitos de seda
Hechos de pequeños retratos
Tironeaban de vez en cuando,
Invitándome a observarlos

Curiosa ingenuidad
Alma adolescente
Perversas intenciones
Macabro incidente

Los demonios encerrados en el sótano
Quisieron salir a pasear
Cuando el orgulloso enceguecido diablo
Los tentó con promiscuidad

El vapor se desvaneció con el sol
El pecho dejó de luchar
Con su canto de guerra y sin piedad,
Los colmillos esperaron verme sangrar

Ríos de tierra seca
Corrieron por sus venas
La muerte irrumpió violenta
Destruyendo con angustia sus débiles cadenas

25 de agosto de 2009

Ser adulto

Ser adulto no es tener un trabajo, ir al banco, pagar con tu propio dinero tus gastos, ahorrar para las vacaciones, estresarse por el tráfico, ser responsable, llegar a horario, ponerse la careta cuando estás mal.
Ser adulto no es estudiar una carrera, estar recibido, tener una especialidad, destacarse en su campo, ser reconocido.
Ser adulto no es estar en pareja hace años, casarse, tener hijos, quedarse en casa cocinando, acostarse temprano, ver televisión en vez de tener sexo, hablar con la vecina de lo que hizo el nene en el colegio.
Ser adulto no es ocuparse de tus parientes, cuidar niños, ir a los velorios de los primos de tu madre, comer roquefort, leer el diario, tomar vino, mirar la novela de la tarde.
Ser adulto no es tener dolor de espalda, perder el cabello, hacer gimnasia para contrarrestar los kilos de más, ser serio y educado, estar de malhumor las 24 horas.
Ser adulto no es tener una casa, hacer terapia, quejarse de lo difícil que está conseguir trabajo, lo loco que está el clima, barrer la vereda a las siete de la mañana un domingo.
Ser adulto no es tener todas las respuestas , lidiar con los problemas fácilmente, tener poder de decisión, dejar de cometer errores.
Ser adulto no es ser más sabio, más fuerte, más capaz, más habilidoso, más inteligente…
No es algo que elegimos, es algo a lo que estamos obligados eventualmente.
‘Ser adulto’ es algo que soñé ser toda mi vida (quizás solamente porque ansiaba tener las respuestas que buscaba). Pero pasaron los años…y no vi cambios, más allá de los tropezones, o de lo que haya podido aprender. Y ahí me di cuenta… ‘ser adulto’ era hacer lo mismo que hacía cuando era una nena: jugar a ser adulta… sólo que en vez de jugar con la imaginación, tengo que jugar con la realidad.

¿Alguien realmente sabe ser adulto? ¿Alguien se siente a gusto en ese lugar?...
¿O será que todos estamos jugando?

23 de agosto de 2009

Balanza

Es cierto que todo tiene sus pro y sus contras, sus ventajas y sus desventajas, pero al final todo se reduce a la simpleza: poner la situación en una balanza, de un lado la felicidad que te da, del otro, lo miserable que te hace. Buscar el equilibrio, porque nada es perfecto…pero tampoco tiene que ser una mierda. Si la balanza se inclina hacia el lado de las cosas que te hacen sentir mal, entonces es hora de que busques la forma de eliminar ese peso. Quizás tengas que meterte en el barro, ensuciarte y sacarlo a palazos. Seguramente te tome un tiempo. Probablemente sientas que es imposible… pero si dejas que todo siga igual, la balanza se rompe…y sin ella, ¿como volvés a encontrar el equilibrio? Siempre quedan restos de ese peso, son los recuerdos; pero tal vez en un futuro sean lo único que exista para equilibrar tu alegría y recordarte que detrás de cada rosa hay una espina, pero que tampoco hay mal que por bien no venga.

18 de agosto de 2009

Heridas

Aceptar algo no significa que no cause más dolor.

No sé si es posible estar totalmente en paz con uno mismo. No sé si existe la aceptación total de algo que nos causó sufrimiento alguna vez. Supongo que también depende de la profundidad y de la cantidad de heridas que uno tenga. Todo tiene que ver con qué tipo de herida es, cuánto tiempo toma en curar, si es que se puede curar, y si durante la curación se infectó o no.
No es lo mismo tener una herida que miles. No es lo mismo tener una herida profunda que tener un montón superficiales. Un par de heridas superficiales en un plazo de tiempo relativamente corto y sin demasiadas complicaciones (infecciones), sanan bastante rápido.
Las peores son las heridas profundas; las que estamos acostumbrados a tener, porque siempre permanecen por períodos de tiempo muy extensos y jamás llegan a completar su curación, ya sea porque la interrumpimos o la dejamos de lado. Básicamente lo que hacemos es cuidarlas (o ignorarlas) hasta donde podemos, lo cual no es suficiente, porque cuanto más profunda es la herida más tiempo de cicatrización necesita. Entonces cuando la cascarita se está formando, nos hacemos los vivos porque creemos que ya está, que ya sanó. Ahí es cuando volvemos a hacer cosas que nos lastimaron, pensando que ya no van a tener efecto. Pero la verdad es que la cascarita necesita quedarse por un tiempo y nosotros la arrancamos antes de que cumpla su trabajo. Entonces la herida vuelve a sangrar. Vuelve a necesitar cuidado, nos advierte que todavía no está lista. Creo que las heridas más profundas se van curando muy de a poco por culpa de nuestro ego, que insiste en actuar superado diciendo que ya está todo enterrado cuando no es así.

Y una herida que nunca terminó de curar, necesita sangrar.

13 de agosto de 2009

Alienada

Qué extraños se me hacen estos seres humanos. Tan dedicados a no pensar, tan dedicados a hacer. Qué cómicos son tan metidos en sus pequeños mundos de ocupaciones. Qué difícil es sacarlos de ellos mismos, lo he intentado miles de veces. No saben escuchar porque tienen los pies bien plantados en la tierra, algo que creen sólido, confiable. A veces me invaden sus sensaciones humanas, se escurren en mi cuerpo. Siento preocupación, miedo, ambición, egoísmo. Es una sensación tan FEA ser un humano! No puedo entender cómo logran atravesar sus vidas de esta forma tan frívola, tan carente de sentido. Todo es tan importante para ellos que a veces me confunden y empiezo a preocuparme. Es peligroso esto de meterme así abruptamente en su mundo y convivir con ellos tanto tiempo...habré cometido un error al querer aprender a ser lo que ellos llaman "normal"? Nunca quise serlo, sólo saber qué se sentía. Y sin embargo, debido a mi naturaleza inhumana, sigo sintiéndome anormal...pero sé que de alguna forma metieron dentro mío su deseo de ser como ellos. Es difícil amoldarse a seres tan poco espirituales...creo que tal vez inconcientemente esté intentando sabotear este experimento buscando una salida de regreso a mi planeta...me pregunto cuándo me mandarán a casa.

9 de agosto de 2009

La espera

Parece que todo el mundo tiene una sola respuesta para absolutamente todos los problemas que aquejan al ser humano: “esperá”, te dicen. Que el tiempo todo lo cura, todo lo soluciona.

Alguna vez me dijeron
“por qué será que no sos capaz de disfrutar el ‘de mientras’ de las cosas?”


El “mientras” me molesta mucho. Por qué tiene que ser así? Sea esperando que pase algo bueno o algo malo, uno siempre espera algo, por lo tanto vive en un estado de “mientras”. A la gente le gusta la anticipación quizás, a mi no; realmente me angustia, me ahoga en ansiedad. El que disfruta del momento es porque no tiene un “mientras” en su vida. O ya tiene todo lo que desea, o no le preocupa el momento en que las cosas se den, o quizás no tenga expectativas del futuro… Pero teniéndolas, cómo se puede olvidar que está esperando que se cumplan? Me cansa esperar y marcar los días en el calendario, para ver que no hay final, no hay fecha, nadie sabe. Me pone nerviosa que haya tantos días vacíos sin sentido. Me cuesta creer que todo es como tiene que ser, inclusive en este estado de NADA. Pero quiero creer, tengo que creer, tiene que haber una respuesta...qué sentido tiene la vida si no esperas nada de ella?

O al final la felicidad se trata de eso, de no esperar nada?


Qué impotencia.

8 de agosto de 2009

Comportamiento básico de una mujer enamorada

Fase 1: La ceguera
Mientras sus amigas le dicen que él no es bueno para ella- totalmente obvio desde un punto de vista objetivo- ella sigue adorándolo como si fuera superior a Brad Pitt, Gandhi y Steven Tyler juntos. Nadie en el mundo se compara a él, se siente agradecida de al menos haberlo conocido. Se la pasa mirando sus fotos apreciando cada centímetro de su hermoso cuerpo. Mientras viaja en el colectivo escuchando las canciones de amor más empalagosas de los 80 y simula estar mirando por la ventanilla en realidad está pensando en él (y no le sale bien disimular, porque tiene una tremenda sonrisa estúpida pintada en la cara)…Puede pasarle un tren por encima que no se dará cuenta porque el dolor que le produzca será diminuto comparado a la sensación de felicidad que tendrá. Va flotando por la vida como si estuviera drogada las 24 horas. Cuando lo ve se pone nerviosa, intenta ser lo más perfecta posible para él, se preocupa por hacerlo sentir bien, darle todos los gustos, amarlo como nadie. Básicamente se convierte en un perrito bien entrenado que está dispuesto a hacer cualquier truco que el amo desee, mientras éste le dé su cuota de cariño. Estúpida al cubo.

Fase 2: La miseria
Cuando las cosas van mal, la sensación es de desgracia, y absolutamente todo puede afectarla. Ahora no va flotando, va arrastrándose. Mientras cruza la calle sin mirar ya -porque si la pisa un auto es lo mejor que le puede pasar-, va pensando en lo miserable que va a ser sin él, la fulana con la que seguramente la está engañando (que es la más hermosa Diosa mística con poderes mágicos que puede darle el mejor sexo que tuvo en su vida haciéndote sentir absolutamente insignificante), los buenos momentos que vivieron y que nunca van a repetirse, “por qué tuvo que pasarme esto a mí, ojalá nunca lo hubiera conocido, etc, etc…” Mira sus fotos llorando con música triste de fondo (para llorar mejor), pensando que nunca más va a poder besarlo. Su autoestima decae hasta llegar a Japón. No quiere olvidarlo, su mente se ocupa de crear fantasías de reconciliación (otra vez bajo la lluvia, él corriendo tras ella, rogándole que lo perdone por no acordarse del aniversario) o directamente pierden su orgullo y van corriendo a menearle la cola esperando unas palmaditas en la cabeza. Se niega a dejarlo ir, pero le atormentan las imágenes de él y sus mil mujeres…además de la Diosa mística, claro. Estúpida al cuadrado.

Fase 3: El odio
La depresión se convierte en bronca. Se siente una asesina serial caminando de a zancadas con el cejo fruncido de odio, escuchando rock violento de despecho. Dice no querer verlo más, pero le encantaría poder vengarse: “voy a adelgazar, me voy a comprar ropa, me va a ver más hermosa que nunca y voy a estar con un hombre mucho mejor que él” (algunas inclusive lo logran, para darse cuenta después que a él no le importaba en lo más mínimo su plan diabólico). Ya no les importa más nada del mundo: “todo es una porquería, el amor no existe, nacimos y moriremos solos, mejor estar sola que mal acompañada, la vida no tiene sentido, de ahora en más no voy a dejar que nadie más me haga sufrir, yo los haré sufrir a ellos, los cuentos de hadas no existen ,etc , etc , etc”. Piensa en todas las estupideces que pensó antes y se quiere pegar un tiro. O mejor, pegarle un tiro a él por alimentar sus fantasías. Se pone a usar a todos los hombres que se cruzan en su camino, o los odia a todos.Estúpida.

Fase 4: El vacío
Acepta que se terminó, no quiere pensar más en él. No hay fantasías de nada. Se da cuenta que toda su vida se desmoronó; desaprobó los exámenes, se convirtió en una persona malhumorada y depresiva, se asquea de lo mucho que torturó a sus amigos hablándoles de él, se siente usada, humillada, la mujer más estúpida del mundo. Reconoce los errores (pero no necesariamente va a aprender de ellos). De repente cae en la realidad; él no le llega ni a los talones a nadie. Su novia es una mujer común y corriente que vaya uno a saber qué le vió. Él ya se dará cuenta de lo que se perdió. Ella se merece algo mejor.
(Estúpida conciente).