27 de octubre de 2008

Extinguiéndome....

Desaparecí, no estoy, me fui...
pero soy tan invisible, me siento tan invisible que pienso que al final no estoy desapareciendo, porque en realidad nunca existí. De ninguna forma posible, no existí. Mañana fue todo un delirio. No? Un delirio más, sólo eso, ni siquiera un "alguien". A veces hago todo lo posible para pasar desapercibida, no me gusta que me miren, no me gusta que me busquen, no me gusta llamar la atención, quiero esconderme en un agujero negro y romperme en millones de pedazos hasta ser sólo partículas en el aire, poder ir a donde quiera, como quiera, cuando quiera...y la única vez que me importó que alguien me vea, no me vio. Cómo desaparecer sin haber existido? ahora veo que no tiene sentido. Y otra vez esta sensación de adolescencia, cuándo creceré? me da verguenza no poder crecer...

24 de octubre de 2008

Cuál es el límite?

Desde chicos nos inculcan que lo importante es seguir intentando, no bajar nunca los brazos, que todo es posible si nosotros lo deseamos, que si nos rendimos somos cobardes, débiles, estúpidos.
Siempre seguir.
Si lo que estoy intentando me hace infeliz, si depende de otras personas, si no es mi destino...está mal hacerse a un lado y buscar otro camino? Creo que hay un límite y también creo que por más que el esfuerzo sea necesario, no tiene por qué hacerme infeliz "seguir participando". Creo que hay otras formas, que "bajar los brazos" no siempre significa rendirse, si no abandonar una situación que no nos beneficia en nada y salir en busca de una que sí lo haga. A veces rendirse significa tomar la desición de hacer un cambio en la vida. A veces no se tiene que dar y no se da, por más intento que hagas, y tenés que poder reconocerlo en vez de negarlo.
Me enferma la cultura "seguí participando".

Tu turno

"A mi nunca me va a pasar"
"Yo nunca voy a hacer eso"
"Yo no voy a caer en esas cosas"

etc etc etc...
Son todas formas de expresar el miedo que tenemos a que nos pase. Hasta que finalmente nos pasa. De repente pasó el tiempo, cambiaron las circunstancias, cambiamos nosotros, nuestra forma de pensar, y nos encontramos del otro lado... vemos gente que piensa que nunca les va a pasar lo que te pasó a vos...pero la verdad es que nadie lo sabe, al final nada es imposible, ni las cosas buenas ni las cosas malas. Ahora me doy cuenta que todo lo que veo en los demás, lo que viven, lo que les pasa, es un reflejo de las cosas que posiblemente me pasen a mi. Me da esperanza pero también me da miedo. Al final tarde o temprano todos aprendemos las mismas lecciones, desordenadamente y de formas distintas, pero las mismas. Estoy donde no pensé que estaría nunca. Queriendo algo que no puedo tener, deseando en vez de razonar, con las manos vacías y el futuro incierto. Yo, que tenía todo tan claro, tan controlado, tan planeado.
Y sí, algún día vos también vas a llegar acá. Quizás ya no esté cuando llegues...pero ojalá te sea leve.

21 de octubre de 2008

Cadenas de no correspondidos

El enamorado rara vez es correspondido. Todos soñamos con alguien, pensamos en alguien hasta convertirlo en nuestro más alto deseo, idealizándolo por sobre todos los otros billones de seres humanos que caminan en el planeta, sus defectos son perdonados, sus creencias son aceptadas, su forma de ser es tan única que no nos importa que sea diferente a la nuestra o que no pueda satisfacernos. Lo único que importa es el deseo, el deseo que nos produce sus ojos, su pelo, su cuerpo, su voz, la sensación de sus brazos rodeándonos y sus labios en los nuestros; nos volvemos adictos a esas sensaciones, las hayamos tenido o no, porque la imaginación cubre todos los aspectos que no existieron en la realidad, y los decora para nuestro propio placer. Todos soñamos con alguien. Todos nos levantamos y nos acostamos, pensando en alguien. Todos tenemos alguien que nos distrae de nuestras tareas o que de repente aparece con sus palabras o su sonrisa en momentos inesperados, en lugares impensables…siempre está ahí. Pero esa persona, esa que elegimos entre toda la raza humana…ESA… a su vez eligió alguien por sobre todos los demás. Se levanta y se acuesta pensando en ella, su imagen, su perfume y sus caricias lo acompañan cuando viaja, cuando come, cuando mira televisión. No sabe que alguien en este mundo está pensando en él. No tiene idea de que así como él se desvive por la atención y el amor de alguien, hay al menos una persona que se desvive por él. Y si lo supiera ¿cambiaría algo?. No. Puedo imaginar el mundo lleno de cadenas de enamorados, llena de eslabones que se conectan unos a otros pero que sólo miran para un lado: el lado equivocado, miran la espalda de quien no los ama, y a su vez, le dan la espalda a quien sí los ama. Si tan sólo algunos de ellos pudieran darse vuelta, y hubiera dos eslabones que quedaran enfrentados y se miraran entre sí… a veces existe la magia y esto sucede, las cadenas de amor no correspondido interminables que recorren el mundo entero aprisionándolo como una red gigante, se cortan, y dan lugar a dos eslabones que se unen y flotan por sobre todo, son libres, porque se encontraron.Una vez logré darme vuelta, dejar de mirar para el lado equivocado y encontrarme que del otro lado había un ser que quería amarme. El problema es que a veces, los dos eslabones que se unen, siguen juntos, y uno de ellos, por aburrimiento, por desenamoramiento, porque simplemente dejó de querer amar…le da la espaldas al otro. Finalmente dejan de flotar, porque el amor se fue….y vuelven a las gigantes cadenas, separados, donde amamos a quien nos da la espalda e ignoramos a quien nos ama. Todo vuelve a repetirse, las cadenas se arman y desarman, pero todos tarde o temprano volvemos a ellas.