9 de marzo de 2011

¿Desinteresados o desesperanzados?


Noto que la gente tiene cada vez más miedo de mostrar quién es y qué quiere.


Veo que la gran mayoría actúan como si estuvieran desinteresados por todo y por todos, como si ya tuvieran todo lo que necesitan. No demuestran su frustración, ni su dolor, ni sus ganas, ni expresan sus sueños, ni sus miedos, ya no cuentan secretos, no hay confianza... las relaciones son cada vez más superficiales y casuales, nadie se interesa por profundizar en la mente y el corazón de los demás, porque no quieren quedar expuestos... y lo peor de todo, es que todas estas actitudes de mierda que venimos teniendo en esta sociedad -al menos la gente de mi edad y desde mi punto de vista- creo yo, provienen de una desesperanza horrible. Desesperanza disfrazada de arrogancia, orgullo y apatía.

Nos hacemos los apáticos. Porque tenemos orgullo. Porque parecemos más cool así, ¿no?

Pero por dentro creamos un patrón de pensamientos ("los tipos son todos iguales", "ya no se puede confiar en nadie", "soy un inútil", "ojalá, pero no creo", "prefiero estar solo", "quiero ser artista pero es difícil vivir de eso", "me da igual"...) que lo único que hace es ponernos en contra del mundo y cerrarnos, encerrarnos cada vez más en nuestros iglúes.

Esto de cuidarse tanto de mostrar lo que uno REALMENTE es (aunque todos lo demostramos de una forma u otra, pero no siempre en su totalidad, dejando ocultas partes que quizás son lo MEJOR que tenemos), no es solamente una defensa pelotuda ante un ataque que directamente no existe, sino que estamos lavándonos las manos de lo que queremos ser y tener... lo peor es que no sólo ante los ojos de los demás, sino también ante los propios.

Y cada vez que negamos a los demás y a nosotros mismos lo que somos y lo que queremos... nos sentimos como el orto.

15 comentarios:

Agustina ♥ dijo...

Es verdad! Incluso a veces te arrepentis de armar esa especie de "barrera que te protege del exterior" u.u

Ro dijo...

Es verdad, me pasa, me está pasando en este momento y es horrible :(

SantitAh dijo...

Es cierto!
Igual pienso que esas actitudes se deben a qué tenemos miedo al rechazo y al fracaso por eso mucha gente no es quién quiere ser o hace lo que quiere hacer!

-eme- dijo...

Lo que pasa es que hay mucho pelotudo suelto que, al no animarse a mostrarse tal cual, puede ponerse a molestar al que sí se siente más libre de ser como es...
Es verdad, tenemos miedo, todos, pero desde chicos nos enseñan asi, a no llorar, a no mostrar, a no decir... sólo para no quedar como débiles!

me recuerda a mi última entrada, en "forever homeless", donde copié una parte de un libro en la que un protagonista cuenta cómo no se animó a hacer tal cosa o tal otra por miedo, para no exponerse y quedar como un tonto. Esa parte -y el libro entero, en sí- habla de lo que vos hablás en esta entrada.

Cuesta como individuo, desde la individualidad, y la sociedad hace que cueste aún más.
Pero qué se supone que tenemos que hacer?

aapayés dijo...

Una reflexión muy interesante..

Ante la majestuosa pulcritud de tu presencia

Confieso que soy el cielo
El sol,
Las nubes amamantando el tiempo

Confieso que las estrellas
Las dibuje con mis sueños
Iluminando el firmamento de mis sentimientos

Que tus cabellos
Los acaricie palpitando mis deseos,
Y que tu cuerpo
Lo transite coloreando mis pasiones
Elocuentes del que ama

Confieso que no soy nada
Ni nadie en este mundo
Ante la majestuosa pulcritud de tu presencia
Mujer,
No soy el que confisca tus besos
Ni el que marchita tu alma
En añicos de penas,
Soy,
El que respeta tu nombre
Pintado
En el firmamento beso del te quiero

Confieso
Que soy
El que emancipa la palabra
Convirtiéndola en caricia mutilada de ternura,
Mujer eres luz
Embarazo creador de lo eterno
De lo infinito
Mezclado con el esperma
Quietud erótica de mi cuerpo
Ante la belleza emblemática de tu movimiento
Vida

Adolfo Payés.


Con todo mi respeto y admiración ara la Mujer en estas fechas y el mes de Marzo..


Un abrazo
Saludos fraternos...

Vero dijo...

Antes me pasaba mucho de lo que relatas, despues de un tiempo de tarapia cambié mi forma de interrelacionarme con el resto de la gente, hasta que llegó un pelotudo que hizo que todo mi avance se vaya al carajo de vuelta... lamentablemente tengo que volver a empezar y me esta costando mucho... es un criculo vicioso...

Desencantada dijo...

Chicas, depende de cada uno vencer sus propias barreras! Y creo que cuando logras vencer las tuyas propias, caen las de los demás!

algunas cositas:

eme:
tendríamos que hacer lo que siempre tendríamos que haber hecho, no darle bola a los demás, y ser como somos... y ojalá que en las próximas generaciones, aprendan de nuestros errores y dejen de lado esa arrogancia que no sirve para nada.

Adolfo:
Muchas gracias! qué hermoso poema, admito que me ruboricé un poco al leerlo...

Veronica:
no creo que tengas que volver a empezar algo en lo que ya avanzaste... vos ya hiciste un cambio. Un paso atrás no significa que hayas vuelto al primer casillero.

Besos! ^^

pilar dijo...

y cuando te mostrás sin censuras, sin restricciones, sin iglúes, sin todas esas cosas... te sentís como un completo imbécil, simplemente patético...
besos :)

Desencantada dijo...

Si te sentís un imbécil siendo lo que sos, ya es un problema de autoestima... nadie debería sentirse un imbécil.

Dany dijo...

Está muy bien expuesto. Fui un experto en paredes, jaja. Cuanto mejor me siento así sin los ladrillos tapando todo. Un beso.

Desencantada dijo...

Sí que se siente mucho mejor! es como volver a respirar...

Hernán dijo...

La gente se hace la ápatica? O tiene la cabeza tan lavada que verdaderamente ya ES ápatica?

Mi visión es bastante negra, pero me parece que en la generación que viene aún menos gente se va a parar a pensar esto que vos plantéas.

Está demasiado metido en la cabeza que ser distinto está mal, que ser franco es ser un pelotudo. Mirar la vida con optimismo es ser un inocente. Intentar disfrutarla ni hablar, es de vago, es de inmaduro, de alguien que no tiene los pies sonbre la tierra.

La sociedad necesita un cambio de paradigma urgente, no dejemos morir el espíritu de cuestionamiento de la realidad. No ocultemos lo que somos, no nos cerremos o perdamos la esperanza de que la vida puede disfrutarse, que está para disfrutarse!

Desencantada dijo...

Hernán, yo de alguna forma pienso lo mismo que vos, y por ahí eso es lo que me lleva a escribir estas cosas. No creo que seamos apáticos, si hay algo que no podemos negar es que todos SENTIMOS... y seguimos amando y seguimos deseando, no lo podemos frenar. Y creo que ahí está la clave; llegamos demasiado lejos ya con todo esto en nuestra generación, y lo que pienso es que si logramos ser conscientes de que nos estamos equivocando,por ahí podamos corregirlo en las próximas generaciones, porque eso depende de NUESTRO propio cambio.

Ojalá podamos cambiar el punto de vista hasta lograr que el franco sea visto como lo mejor, y hacerse el capo sea visto como un pelotudo... como debe ser.

Ale Aquino dijo...

Estimada Desencantada: creo que vivimos una etapa de, si me permite utilizar la palabra, *desencanto*.
A pesar de toda la hiper comunicación que vivios actualmente, a pesar de la liberalización de la vida sexual y de la amplitud de oferta que tenemos, vivimos con miedo. Miedo a mostrarnos como somos. ¿Por qué? Porque ese es el mandato impuesto por la cultura de la imagen. Si todos nos abrimos aunque sea momentáneamente tenemos miedo de mostrar nuestras miserias, nuestros problemas, nuestros dolores. Tales problemas pueden ir desde "no sé qué hacer con mi vida", hasta "me cuesta mantener relaciones duraderas". Pero ninguno jamás dirá algo de eso porque estamos criados en un mundo en el que hay que ser exitoso. Hay que ser lindo, hay qe ser flaco, hay que tener una vida sexual de 10 sino somos unos imberbes sexuales, hay que tener mucha plata, hay que salir y divertirse todo el tiempo, hay que beber alcohol hasta morir para ser divertido, hay que drogarse para estar en la onda. Todo eso para proyectar hacia el mundo una imagen de exito, de alegría. No tiene que haber ningún espacio para lo demás, para aquello que nos carcome el alma. Es así como, a partir de esta proyección de una imagen exitosa, recurrimos a las relaciones superficiales como forma de, de nuevo, proyectar esa imagen de éxito. ¿Qué importa si un chabón o una flaca están con 10, 20, 100, personas a la vez? Lo que realmente importa es el número, a cuántos te garchaste para luego contarol. En este planeta dominado por dictadura de la imagen y la teocracia del éxito inmediato, no hay lugar para lo profundo. De ese contraste entre lo que somos y lo que queremos ser surge ese desencanto: luchamos para adaptarnos a ese patrón social de éxito pero al mismo tiempo sentimos ese vacío producido por la falta de lazos profundos.
Vale decir que más allá de todo este análisis que hago, yo también me encuentro (y mucho) subyugado por eso que dije arriba...pero bueno, el primer paso siempre es la aceptación del problema, no?

Desencantada dijo...

Coincido con vos Némesis, todo lo que decís es verdad lamentablemente. Y sí, el primer paso justamente es que los pocos que estamos conscientes de que tenemos este gran problema y que quisiéramos cambiarlo, ser más reales, más fieles a nosotros mismos, perdamos el miedo... no digo que podamos cambiar a toda la sociedad, pero al menos ser LIBRES de todas esas cosas que nos hacen sentir mal, dejar de ser prisioneros de esa imagen falsa de lo que se supone es la felicidad y el éxito, y crear la propia...

Uff... este posteo está excarvando profundo gracias a ustedes...

:)