6 de abril de 2011

Todo sirve para algo, y nada sirve para todo

Cuando dejo a un lado mi DIGNIDAD y mi ORGULLO, soy feliz.

Me pasa re poco eso, soy demasiado orgullosa... todo el tiempo... todo se reduce al orgullo y el miedo, cualquier cosa que me cague la vida, entra en alguna de las dos categorías. Y es gracioso que dejando de lado la dignidad y el orgullo es como que te liberas del miedo...y ahí sí no te puede frenar nada. Ahí sí es fácil ver que lo que querías estuvo siempre ahí, que el orgullo no hace otra cosa que hacerte más infeliz, "protegerte" de quedar expuesta, ¿expuesta a qué? ¿a más dolor del que ya estás sintiendo? ¿o a conseguir lo que querías?

¿Vas a negarte que querés lo que querés, solamente porque te parece que lo que querés está mal? ¿Porque te comparas con los demás y pensas que deberías estar en otro lugar? ¿Y por qué está mal? ¿Porque pensas que más adelante te va a causar más dolor? ¿Pensas que el presente, ese momento en que estás haciendo lo que querías hacer, no vale un carajo porque es eso, solo un momento? ¿Que los recuerdos, las experiencias, los descubrimientos y el aprendizaje se tiran a la basura? Bien sabes que nada de lo que aprendiste te vino mal nunca... cada cosa que hiciste, por más insignificante que pareciera, sirvió para algo después. ¿Vas a cerrarte a la posibilidad de ser quien querés ser? ¿Está mal porque sabes que siempre va a ser lo mismo, que nunca te vas a sentir completa? ¿Que siempre vas a querer más de lo que ya tenés? Como si pudieras cambiarlo eso, estás destinada a siempre desear más y más y más...

Sabes que todo sirve para algo y que nada sirve para todo. Pero algo es más que nada, y por lo tanto... preferir nada antes que algo, no me sirve. No hasta que termine de aparecer todo.

12 comentarios:

taio dijo...

interesant

Nico dijo...

Tiempo atrás el orgullo enaltecía a las personas, hoy la cosa cambió. El orgullo lastima, aisla.

Abrazo grande.

Dany dijo...

Creo que de lo que se trata es de perder los miedos y de no ser tan orgulloso. Ambas cosas paralizan. No se si dejar de lado la dignidad, sume.

Gonzalo dijo...

Cool

Anónimo dijo...

yo no suelo ser orgullosa y la dignidad la perdi hace tiempo ya (?) jajajaj, emmm y si, en cuanto aparece el miedo, chau libertad, solo estamos presos del miedo.

espiii :) dijo...

Mmm...creo que nunca hay que dejar muy de lado la dignidad...

Mariano dijo...

fuaa que complicada!

efe dijo...

el orgullo nos tiene tan cortitos.. A veces más de lo que nos gustaría.
La ultima reflexión dice mucho eh, así parece ser.

saludetes muchacha!

Martín R dijo...

Si las personas se tragaran el ORGULLO moririan atragantadas.

me gustó esta entrada, muy reflexiva como siempre.

salu2 desde mi imaginario mundo!!

Ro dijo...

Me encantó, sobre todo la explicación final, mas claro echale agua :)

viluma dijo...

Muy bueno. Me encantan tus conclusiones. Escribí algo parecido en mi blog, solo que un poco menos alentador.:P

Begoña Argallo dijo...

En la vida cada paso es aprendizaje, el orgullo hay que tenerlo en su cierta medida, porque es un resguardo, y la dignidad es esa cosa imprecisa que hace que tú te valores a ti. Si tú no te valoras nadie lo hará.
Saludos